Caen despacio, una detrás de otra
intento contarlas; dos, cuatro, seis
hay muchas, mas de las que imaginéis
y siguen cayendo, una tras otra.
Parece que lloran
están tristes, dormidas
están mojadas y frías
no paran, no se agotan.
Las gotas de lluvia resbalan por el cristal
como una caricia mojada
y cual lagrimas por una mejilla cayendo están.
Se escucha una música suave
suena a lluvia, a lluvia mojada
lluvia que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
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